Predicción (Cuento corto)
Su mano izquierda temblorosa tocaba suavemente la aguja que oscilaba en el tablero. Con mirada ansiosa esperaba que se detuviera en una letra y cuando lo hacía, ella rápidamente anotaba en un papel la letra aquella. Quería conocer el nombre de la persona que sería su inmediato compañero.
Las velas con su tambaleante flama se derretían inexorablemente en el círculo que formaban en la alfombra. Anotó la P y pensó ¿Será Pedro? ¿Pablo? ¿Ponciano?
Después de que la aguja se movió a la izquierda ella dibujó en su rostro una media sonrisa. Era la A.
¡Entonces sí es Pablo! Dijo y ansiosa, siguió esperando que la aguja se moviera de nuevo. Pasaron varios minutos y nada. No se movía. De repente, muy lentamente empezó a moverse hacia la derecha, se detuvo brevemente en la letra Q, y Verónica miró a todos lados desconcertada; enseguida la aguja se sacudió repetidamente y se colocó debajo de la letra R. ¿Par…? ¿Par…? ¿Par…qué? No me suena a nada; no conozco a nadie que su nombre comience con Par. ¿Quién será?
Una vela se agotó en la alfombra y ésta empezó a arder; en unos instantes más otra vela hizo lo propio y el calor comenzó a ascender.
Concentrada en el tablero no advirtió que las pequeñas velas estaban a punto de sucumbir por las llamas de la alfombra.
La aguja se movió rápidamente a la izquierda y se ubicó bajo la letra C; inmediatamente Verónica la anotó y sintió que la aguja se le escapaba rápidamente de la mano para situarse de nuevo bajo otra letra a la izquierda de la anterior.
El calor ya era insoportable, las llamas llegaban hasta el techo formando una enorme hoguera y Verónica ya no consiguió escribir la última letra.
Fin.
Lourdes H. Siles